Londres se me ha caido encima, por eso hoy me duele la espalda. No es la cama sin almohada. No.
Es que hasta ahora esta ciudad habia sido juego y alegria; aventura nocturna y pintas de conversacion. Y hoy he conocido la otra: el londres triste, que resulta ser suave caida aunque en hondo hueco. Con cielo azul (cielos de Turner o de Barry Lindon, que vienen a ser lo mismo). Frio casi confortable, pero inmensa soledad. Aun asi resulta bonita la ciudad, aunque demasiado real. Echar de menos a una amiga.
Londres me resulta una ciudad para mayores, al contrario que la infantil Pamplona (aunque sospecho que podria ser bien distinto y lo que ha cambiado es el punto de referencia). Y ahora entiendo las escenas de cafe en lavanderia, de autobus de vuelta, de sopa de sobre tomada en taza humeante.
Ahora sabes que lo importante no es ni la ciudad ni las personas, mas bien esa persona en esta ciudad. Eso es lo que se echa de menos.
Bueno, aun queda Londres. Mi espalda necesita descanso. Hoy he ido a intentar comprar una almohada; pero el mercado ya habia cerrado. Tampoco importa, hoy dormire y mañana al levantarme estare mejor. A lo largo del dia me ire olvidando y a la noche ya no recordare que necesito una almohada.
Creo que mañana es el carnaval de Nothig Hill.
Un beso Lara.
lunes, agosto 28
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3 comentarios:
Tienes un email, leelo.
Te mande un guión... y no tengo respuesta alguna.
mucho animo paco, todas las ciudades tienen dos caras y las ciudades grandes incluso tres, espero que te vaya todo muy bien... kuidate mucho, un abrazo desde la vieja iruña
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